¡No van a callarnos!

Era un evento al cual muchas y muchos veníamos apostando y trabajando duro. Una parte de nuestra historia, de esa que nos enorgullece más allá de los números y los puntajes. Era parte de las historia de los guardianes, haciéndonos cargo de nuestros destinos y de nuestra memoria, como cuando a fines de 1999, un grupo de vecinos y vecinas de la Villa 31 se preguntaba quien iba a cuidar el mausoleo con los restos de Carlos Mugica, recién llegaditos al lugar que jamás debieron abandonar. “¿El gobierno va a mandar seguridad para cuidarlo?” había preguntado alguien en la Villa, y la respuesta de algunos vecinos fue un rotundo “¡no! Lo vamos a cuidar nosotros, nosotros tenemos que ser Los Guardianes de Mugica”, ese mismo no, fue el que se presentó una y otras vez a lo largo de 7 años de historia ante las ofertas mas espurias. Es el mismo no hacia un mundo injusto, el mismo no hacia los punteros políticos, el mismo no hacia el Gobierno de la Ciudad y su comisión de Carnaval. Era un pasito mas en nuestra historia, historia de construcción colectiva, de autogestión y autonomía. Un paso más de nuestra lucha con alegría. Era un paso más, entre tantos que a veces resbalan al pisar el lodo, por haber elegido el camino más difícil, pero el único que nos conduce hacia donde queremos ir.

El viernes pasado, los guardianes de Mugica, con nuestros compañeros del grupo Patas arriba, con quienes venimos trabajando conjuntamente, organizamos e invitamos a una fiesta solidaria, para seguir adelante nuestro camino: el de la autogestión, y de esta manera mantener nuestras actividades en la Villa 31, en donde además de la murga, se realizan otras actividades educativas desde hace varios años, todas autogestionadas ya que para nosotros la autogestión es el único camino para salir adelante. Que las actividades prosperen es una señal de que otros caminos se pueden transitar, aún estando en una villa llena de punteros políticos y clientelismo, que permanentemente busca comprar la dignidad de las personas. El esfuerzo estaba empezando a rendir frutos cuando numerosos amigos iban llegando. Apenas comenzada la fiesta, patrulleros empezaron a merodear el lugar y a dar las primeras señales de hostigamiento, por supuestas denuncias por “ruidos molestos”, es importante mencionar que l espacio estaba acustizado y que desde la misma entrada solo se escuchaban los ruidos al abrirse la puerta. Policías sin identificación, empezaron a hostigar a quienes llegaban boicotenado el evento y levantaron un acta contravencional. Luego, con información contradictoria (primero decían que había una orden del fiscal, después que el fiscal estaba durmiendo) nos comunicaron que el lugar estaba clausurado y amenazaron con allanarlo, y con detener a todas las personas que estaban en la fiesta. Cuando paramos la fiesta para informar como las autoridades de un gobierno que hace las cosas al revés, del mismo que fue cómplice de la masacre de Cromagnón, pero que mantuvo impunes a muchos poderosos, impedía que espacios autogestionados que no hacen más que hacer lo que ese mismo gobierno debería, y sin pedir nada a cambio. Ese mismo gobierno con su policía, empezó a agredir a algunos compañeros queriendo detener a dos de ellos. La solidaridad de unos cien o más amigos que estaban dentro de esa fiesta, pudo impedir que se los lleven, pero no que clausuren el lugar y frustren este pedacito de nuestra historia.

Sabemos el camino que elegimos. También las consecuencias que nos quieren imponer. Sabemos además, que no tenemos que bajar los brazos y no lo vamos a hacer. Que ni con 14 balazos pudieron callar a nuestro querido Padre Mugica, y no lo van a hacer con nosotros. Sabemos también que nos estamos solos, que hay murgas independientes, medios alternativos y organizaciones compañeras que caminan con nosotros, y recorren ese mismo camino, muchas veces difícil, y con obstáculos.

Por el momento, vamos a seguir adelante y convocamos a acompañar a nuestro compañero Cristian Benitez, a quien se le levantó un acta contravencional. También les decimos que vamos a seguir adelante en el mismo camino, el de la autogestión y la autonomía y que nuestra postura va a seguir siendo radicalizada, aún más de lo que era antes. Pero sobre todo, que no vamos a entregarles la alegría, porque “una lucha sin alegría, es una lucha perdida”.